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Somosara Arraigo denuncia la situación de invisibilidad de los subsaharianos

España solo concede asilo al 30% de los inmigrantes subsaharianos que llegan a nuestro país cada año y, aunque no todas las personas procedentes de esta zona geográfica cumplen con la condición legal de refugiado, sí debieran ser acogidos proporcionándoles amparo debido a su situación. Así lo denuncia la Fundación Somosara Arraigo, creada para facilitar la integración social y laboral del colectivo de inmigrantes subsaharianos en la Comunidad de Madrid.

Según Carlos Ara, presidente de la Fundación Somosara Arraigo, “el Gobierno español es muy exigente y restrictivo sobre el derecho a asilo, pero en el caso de las personas subsaharianas, la situación geopolítica y económica de esta zona y los intereses en torno a ella dificultan aún más el reconocimiento de derechos a este colectivo. Además, en muchas ocasiones, la repatriación es casi inmediata, lo que provoca desamparo legal y la imposibilidad de acceder al derecho de asilo”.

La fundación calcula que, durante los últimos cinco años, alcanzaron las costas españolas cerca de 25.000 subsaharianos, de los cuales solo habrían podido legalizar su situación en nuestro país unos 7.500. Una proporción similar a la del conjunto de la población total procedente del África Subsahariana que reside en España, que Somosara Arraigo estima en 300.000 personas, de los cuales una sexta parte, alrededor de 50.000, viven en la comunidad madrileña.

Para Somosara Arraigo, estas cifras constatan la situación de invisibilidad, discriminación y vulnerabilidad que caracteriza a este colectivo migrante, en comparación con otros procedentes de diferentes zonas geográficas.

Además de la desigualdad en el acceso a los servicios sociales mínimos, según Somosara Arraigo hay otros factores que contribuyen a esta discriminación como el desconocimiento de nuestro idioma y la forma traumática de acceder a nuestro país, soportando duros viajes desde sus países de origen, teniendo luego que superar las vallas de Ceuta y Melilla o alcanzar en pateras las costas españolas. Situaciones a las que se añade el alto precio que deben pagar a las mafias que, además, les obligan a desprenderse de su documentación para evitar la expulsión inmediata.

Por otra parte, es el colectivo migrante que, en mayor porcentaje, pasa por los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), sufriendo en estos casos la amenaza de expulsión directa e inmediata. Finalmente, también son los migrantes que más tiempo esperan de media para regularizar su situación en España, casi el triple respecto de otros colectivos como los inmigrantes magrebíes o los procedentes de China y otros países asiáticos.

FACILITAR EL ARRAIGO, ELIMINAR DESIGUALDADES

Estas situaciones son la razón de ser de la Fundación Somosara Arraigo, creada a principios de este año con el objetivo de facilitar el arraigo y la acogida del migrante subsahariano en la Comunidad de Madrid, aportándole medios culturales, laborales y profesionales. Para realizar esta tarea, cuenta con el apoyo y la colaboración de la Asociación Karibú, una organización con gran experiencia y dedicada a la ayuda en general a este colectivo.

La fundación cuenta con un local en Madrid (c/Alonso Heredia, 19) donde lleva a cabo su actividad y está en pleno proceso de expansión para buscar donantes y voluntarios, con los que ampliar estos programas formativos y de arraigo.

Dentro de su programa de actuación se incluye el aprendizaje del idioma castellano, la formación básica y profesional, avaladas por entidades oficiales en cada caso, así como el respaldo a proyectos de emprendimiento tanto en España, como en los países de origen.

La creación de la Fundación Somosara Arraigo es una iniciativa de la familia Ara y su máximo promotor Carlos Ara, y cuenta con el apoyo de diferentes empresas, entre ellas la farmacéutica Suanfarma, que ponen a disposición de la fundación un conjunto de profesionales con gran experiencia en las áreas legal, comercial, técnica y de gestión financiera.

En palabras de Carlos Ara, “cualquier persona obligada a migrar, por el motivo que sea, merece la solidaridad y el apoyo de los ciudadanos del país al que llega. Nosotros hemos querido dar forma a ese apoyo y, además, centrarnos en el grupo más desfavorecido dentro de este drama humano”.

Fuente: Madridpress.com

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